Mirando atrás y considerando los primeros años de la década de los 80, podemos afirmar que la evolución de la informática, así como de todas las tecnologías de diseño y cálculo asistido por ordenador, ha conseguido que se cumpliera algo muy difícil de prever en ese entonces. La aparición de los primeros ordenadores abría perpectivas prometedoras tanto respecto a las metodologías como al impacto del diseño en la práctica diaria. Es curioso, pero a la vez útil volver a leer lo que se publicaba a principios de los 80, para darse cuenta de cómo ideas y rumbos - ya bien esbozados en sus bases teórico-numéricas – han vivido una evolución tal que, por una parte el trabajo del profesional ha asumido un carácter totalmente nuevo, y por otra, elemento bastante más importante, se han abatido muchos de los límites prácticos que restringían el ingenio del arquitecto y del diseñador.




Estructuras atrevidas, cuyas formas complejas con esbeltos perfiles, casi inmateriales, y cuya dispersión estructural del armazón era prácticamente imposible de construir debido a los límites de la computación, de los medios necesarios para garantizar sus optimizadas dimensiones, y de su montaje y monitorización, hoy en día se han hecho posibles.







Además, se puede decir que el modelo construido por ordenador, utilizado de forma profesional e inteligente, proporciona al arquitecto los elementos necesarios para alcanzar la perfección estructural, animando el trazo inspirador hacia la obtención de lo que más se corresponde con los criterios de resistencia y deformabilidad.






El modelo de cálculo se convierte entonces en el lenguaje de diseño, común y comprensible para todos los profesionales que participan en proyecto: el arquitecto, el ingeniero, los técnicos y los constructores de la obra. El modelo, por medio de Internet, puede ser compartido a distancia.






El modelo de cálculo es incomparablemente más rápido y rico de información que cualquier otra forma experimental para soportar las decisiones técnicas.






Volvemos entonces a los albores del ordenador: en aquellos tiempos aún se podía afirmar que al diseñador solamente bastaban papel, lápiz y regla. Hoy esto ya ha quedado obsoleto, no serviría ni para las mínimas contribuciones al proceso de diseño.






Cuando aparecieron los primeros coches, muchos afirmaron que ellos nunca sustituirían al caballo. Hoy ya no cabe duda de que el coche ha cambiado el mundo.






Y la evolución de la informática y de las técnicas de diseño y cálculo asistidas por ordenador (CAD/CAE) son de por sí mucho más rápidas e impactantes en la evolución de la mecánica.





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